Ha sido la Diputación de Zaragoza quien ha adquirido un nuevo grabado del famoso artista aragonés, nacido en Fuendetodos, que es Francisco de Goya. Un grabado extraño para el estilo del pintor en el que se unen dos inéditos paisajes, los dos únicos que grabó.
La obra se llama “Paisaje con peñasco, construcciones y cascada”.
Este grabado se encontraba en la Calcografía Nacional y la DPZ (Diputación Provincial de Zaragoza) lo ha adquirido por el precio de 15.000 euros.
Esta institución anunció en la presentación de la obra que se expondría en el Museo del Grabado de Goya, que se encuentra en la localidad Zaragozana de Fuendetodos.
La diputada delegada de la cultura, Cristina Palacín ha afirmado que el hallazgo de esta obra de Goya había sido resultado de la casualidad y del azar, aunque también del esfuerzo que había realizado la Diputación de Zaragoza, desde los años 80, en la promoción de la cultura y el arte junto a los municipios de la provincia.
Desde 1979, Fuendetodos cuenta con el Museo del Grabado, donde se conservan todas las series de grabados del pintor aragonés.
Un dato es que, esta recién descubierta pieza, se desconoce que se encuentre en otra colección pública ni en España ni en el extranjero. Esta característica la convierte en una obra única y de incalculables intereses.
El grabado
Esta nueva obra ha sido calificada de singular y extraña.
Se fusionan dos paisajes distintos en un solo, unidos por una enorme roca central, a pesar que los paisajes no solían ser el tema preferido del autor.
Las técnicas pictóricas empleadas por Goya en este grabado fueron el aguafuerte, el aguatinta bruñida y el buril. La primera consiste en aplicar barniz, antiguamente cera, sobre una plancha de metal y, acto seguido, dibujar sobre ella. Esta técnica Goya la ha empleado para realizar la roca que divide el grabado en dos mitades sugiriendo una cierta simetría. La segunda técnica consiste en manchar superficies con distintas intensidades sin ningún entrecruzamiento de las líneas. Es decir, primero se espolvorea una fina capa de polvo de resina. Y, segundo, la resina se calienta formando una capa granulada con minúsculos islotes de intensidad, donde el ácido no puede morder. Este método lo ha utilizado para la realización del cielo y del agua. Y la tercera técnica consiste en tallar una plancha o matriz dejando unos surcos o tallas de diferente profundidad y forma, con las que se crea la composición del grabado.
Por otro lado, hablamos del ambiente de penumbra que inunda toda la obra. Personajes de tamaño muy pequeño, en comparación con las grandes nubes que hallamos en la margen derecha de la obra que Goya las graba con un carácter amenazador de tormenta.
Este está realizado sobre un papel verjurado con filigrana. Esto le da un mayor carácter a la obra aumentando, al mismo tiempo, su valor.
El descubrimiento
Este grabado es resultado de un error del estampador de la Calcografía Nacional.
Se descubrió que detrás de algunos ejemplares los Desastres había otras obras grabadas que no tenían nada que ver con los Desastres.
La razón de esto es que, durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), el material del que disponía Goya para realizar todas sus obras escaseaba. Más de 80 láminas de cobre precisaba para la estampación de los grabados de los Desastres. Al no disponer de ellos se vio obligado a reutilizar otras matrices. Y en una de estas estampaciones reutilizó el grabado que acabamos de descubrir.
El error
El error que se cometió en el grabado fue que Goya realizó dos vistas con una piedra central creando, a su vez, un cierto eje de simetría. Esto produjo que las mitades pudiesen ser intercambiadas, pero que el resultado final hizo que la composición fuese adecuada y que funcionara bien a pesar del error en la proporción de la composición.